La mayoría de las personas tenemos
sueños de prosperidad, pero no todos estamos logrando convertirlos en realidad.
Para que tus sueños de abundancia puedan concretarse en tu vida, siempre
tendrás que hacer algo, pero ese algo no se inicia en las acciones físicas que
puedas realizar, se inician en esa parte invisible, en tu interior energético,
en tu interior más profundo donde se gesta la realidad física. Tus acciones
físicas no generarán frutos mientras tus ideas no se encuentren enraizadas en
tu interior divino y mientras no se encuentren suficientemente alineadas a tu
merecimiento de bien.
Durante tu vida seguramente has
tenido la oportunidad de emprender algunas ideas que han llegado a tu mente y
que te han dejado un grato sabor, un sueño. Escuchas la idea y aunque sea muy
prometedora, por alguna razón que no comprendes, la desechas al poco
tiempo. También te pudo suceder que
escuchaste la idea, le diste la acogida, te entusiasmó e iniciaste las primeras
acciones, pero al pasar el tiempo, al presentarse algunos obstáculos, te rindes
ante ese desafío, abandonando la persistencia, lo que termina por ahogar el éxito de ese
emprendimiento.
Cuando las cosas no han funcionado
como quieres que funcionen tienes dos alternativas: observar por qué no
funcionaron para hacer las correcciones o desistir sintiendo que no es posible.
La primera alternativa te puede llevar a encontrar las soluciones, lo que te
permite reconocer que la vida se encuentra abierta para darte todo, ganando
energía. La segunda alternativa te deja en una posición más baja que cuando
comenzaste a trabajar en tu proyecto, perdiendo energía.
Esta actitud de decaer, es en última
instancia la que provoca tus fracasos en los emprendimientos que has querido
llevar al éxito. Es verdad que algunas personas tienen más condicionamiento
negativo sobre sus hombros que otras y que se encuentran más abajo en la escala
vibracional que permite obtener el éxito, pero esta no es la verdadera razón de
que las cosas no funcionen. Ejemplos
abundan por todos lados. Siempre conocemos el caso de alguien que ha logrado
surgir en medio de condiciones muy desfavorables en esta área de la vida.
La carga negativa de ideas limitantes
y las emociones contrapuestas a tu éxito te jalan hacia abajo. Pero en ultimas,
es tu capacidad para recordar cuál es tu herencia la que realmente te puede
levantar y elevarte por sobre todos los inconvenientes internos que sabotean
tus ideales y objetivos de éxito.
Cuando recuerdas que eres una
creación divina con capacidades extraordinarias para dominar sobre todo lo que
se te ha dado en esta tierra, es cuando realmente comienzas a hacer que las
cosas funcionen. Cuando eres consciente de que tienes las capacidades y tienes
la fortuna de cambiar los aprendizajes limitantes por otros más empoderados,
cuando eres consciente de que tus emociones son el timón que te guían hacia tu
bienestar, entonces te vuelves invencible y logras superar todos obstáculos.
Recuerdo siempre el pasaje de un
pastor que en su libro “La cuarta dimensión “contaba que en una ocasión estaba
perdiendo una propiedad porque no tenía el dinero para pagar un crédito. Sentía
que podía lograrlo, pero necesitaba tiempo y el banco ya no se lo otorgaba más.
Estaba endeudado, no tenía salida y se le ocurrió que podría ir a otro banco a
pedir un crédito para pagar el crédito anterior y salvar el embargo de la
propiedad. Solo faltaban unas horas para que eso se concretara y fue a
entrevistarse con el gerente de un banco para solicitar un nuevo crédito. Este
se encontraba muy ocupado atendiendo mucha gente y debía saltarlos a todos
porque tenía solo dos horas para hacer
esa gestión. Habló con su secretaria y le dijo que iba en nombre de la máxima
autoridad y que necesitaba hablar con el gerente con urgencia. Ella lo dejo
pasar de inmediato.
El explica que no estaba mintiendo,
que en realidad iba en nombre de Dios a pedir ese dinero y que no existía una
autoridad mayor a la cual pudiera referirse. Su energía era tal, que el gerente
al no poder gestionar el crédito con el banco, le hizo entrega de un cheque de
su cuenta personal, diciendo que sus palabras tenias tanta fuerza que no podía
dejar de ayudarlo en esa situación.
Somos energía, somos vitalidad y
somos fortaleza, pero se nos olvida y además se nos olvida que somos
privilegiados con tantas capacidades que no utilizamos. Si tan solo
utilizáramos una pequeña parte de todo nuestro potencial, nuestra vida se
transformaría por completo. Paro el olvido llega a tal nivel, que cuando
alguien nos habla de esto le escuchamos ilusionados en el momento y abandonamos
esa agradable sensación a los pocos minutos de terminado el discurso.
Tus proyectos no han funcionado por
miedos compartidos en la sociedad, por ideas falsas de escasez, porque te
dijeron que no mereces lo mejor, porque no es lo que realmente quieres, porque
en tu infancia aprendiste que el fracaso era normal y por muchas de miles
razones más. Pero no puedes dejar de considerar que tus limitaciones y bloqueos
pueden desaparecer todos al mismo tiempo bajo la luz de lo que eres.
No
en vano el creador te hizo a su imagen y semejanza, otra cosa es que
quieras olvidarlo para descargar tus frustraciones y tus quejas en cualquier
excusa que tengas a la mano. Toda excusa retrasa tu llegada a ese entendimiento
tan fundamental que te dará las llave a todo lo que necesitas y aun mucho mas.
Todas y cada una de tus quejas son abierta y completamente infundadas.
Patricia González.
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